El futuro del almacenamiento de hidrógeno: tecnologías, proyectos y retos en España

Última actualización: julio 31, 2025
  • La infraestructura actual permite adaptar el almacenamiento de hidrógeno con seguridad y rentabilidad.
  • Existen diversas tecnologías, desde líquidos orgánicos (LOHC) hasta cavidades salinas y materiales avanzados.
  • España apuesta por grandes proyectos de infraestructura y debate ambiental para gestionar el crecimiento del hidrógeno verde.
  • El progreso tecnológico se acompaña de desafíos regulatorios, sociales y medioambientales.

infraestructura almacenamiento hidrógeno

El almacenamiento de hidrógeno es uno de los grandes retos en la transición hacia un modelo energético más sostenible. Ante la necesidad de descarbonizar sectores industriales y de transporte, se exploran distintas vías capaces de responder a la demanda de almacenamiento seguro, eficiente y rentable de este vector energético. En España y a nivel internacional, la innovación tecnológica, la planificación de infraestructuras y la adaptación de entornos regulatorios están marcando el ritmo de desarrollo de proyectos punteros.

Actualmente, tanto empresas energéticas como administraciones públicas y startups tecnológicas se centran en demostrar que la infraestructura existente y los nuevos avances en materiales pueden ser la clave para impulsar el hidrógeno como protagonista en la economía del futuro. Los recientes experimentos y proyectos en nuestro país, así como los debates sobre su impacto social y ambiental, reflejan el potencial transformador y los obstáculos que aún quedan por superar.

Infraestructura actual: pruebas piloto y adaptación para el almacenamiento de hidrógeno

tecnología almacenamiento hidrógeno

La capacidad de las infraestructuras energéticas convencionales para adaptarse al almacenamiento y transporte de hidrógeno se encuentra en el punto de mira. Recientemente, la compañía Exolum ha completado una serie de pruebas técnicas en el Reino Unido que demuestran que sus instalaciones de almacenamiento, así como las tuberías destinadas a combustibles para carretera y aviación, son viables para el manejo seguro y rentable del hidrógeno.

En el caso concreto del Reino Unido, el uso de portadores orgánicos líquidos, conocidos como LOHC (Liquid Organic Hydrogen Carriers), ha permitido testar el almacenamiento y el transporte de hidrógeno dentro de la infraestructura ya existente. Uno de los aspectos más relevantes es que esta tecnología se puede integrar sin requerir cambios estructurales significativos, lo que reduce los costes asociados al despliegue de nuevas redes.

El análisis técnico-económico realizado confirma que este tipo de almacenamiento puede llegar a ser más eficiente y práctico que otras alternativas, como el almacenaje geológico en cavernas de sal, especialmente cuando se consideran los costes globales de conversión y logística.

Por ejemplo, solo en las instalaciones de Exolum en Immingham sería posible almacenar hasta 1 TWh de hidrógeno en la infraestructura ya operativa, cifra equivalente a un tercio de las necesidades estimadas por el Reino Unido para 2030.

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LOHC y almacenamiento a gran escala: transporte eficiente y rentabilidad

La prueba de campo llevada a cabo por Exolum consistió en transportar 400 millones de litros de LOHC a través de una tubería de 1,3 kilómetros entre dos plantas en la región de Humber. Durante la demostración, se comprobó que el LOHC mantenía sus propiedades intactas y podía proporcionar suficiente volumen de hidrógeno para abastecer a unos 450 autobuses que funcionen con este combustible.

El uso de LOHC, cuyo aspecto y manejo se asemeja al de la gasolina, permite absorber, almacenar y transportar hidrógeno químicamente, liberándolo posteriormente mediante un proceso sencillo. Esta vía presenta ventajas técnicas y de seguridad pues no requiere presiones extremas ni materiales de alto coste en la infraestructura.

Frente a las opciones de almacenamiento geológico, como las cavernas salinas, el sistema basado en LOHC ha demostrado mayor viabilidad económica, incluso considerando los gastos de conversión del hidrógeno a este formato.

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Nuevas tecnologías: materiales avanzados y almacenamiento a baja presión

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El desarrollo de materiales innovadores para el almacenamiento de hidrógeno está marcando un antes y un después en la industria. La startup austriaca HydroSolid ha creado un sistema llamado HIVE S1 que permite almacenar hidrógeno a baja presión y temperatura ambiente, usando un nanopolímero patentado que absorbe y libera el gas con gran facilidad y seguridad.

Entre las ventajas de este avance destacan su alta densidad energética —alcanzando hasta 3 kWh por litro—, la reducción de riesgos gracias a las menores presiones de trabajo y la eliminación de materiales críticos y difíciles de reciclar. Este avance abre la puerta a aplicaciones tanto domésticas como industriales y facilita el despliegue de comunidades energéticas autosuficientes.

El reconocimiento a esta tecnología no solo se limita a premios y menciones, sino que cuenta con el aval de instituciones como la Agencia Espacial Europea, que colabora en la integración de desarrollos espaciales en estas soluciones energéticas.

Almacenamiento geológico y macroproyectos: cavernas salinas en España

En España, el almacenamiento subterráneo en cavidades salinas representa otra vía estratégica, especialmente para el hidrógeno verde generado mediante energía renovable. Instalaciones de este tipo, como las previstas en Cantabria, aprovecharán cavidades a más de 800 metros de profundidad para albergar el hidrógeno, beneficiándose de las propiedades estancas y plásticas de la sal que aseguran una contención eficiente y adaptable a cambios de presión.

Se espera que una red de ocho grandes depósitos comience a funcionar a partir de 2030, vinculada a una extensa infraestructura de más de 2.600 kilómetros de tuberías que conectarán productores y consumidores en trece comunidades autónomas. Este proyecto, liderado por Enagás, requiere una inversión de varios miles de millones de euros y busca fomentar tanto el desarrollo industrial como el tejido empresarial local.

Es importante señalar que la ejecución de estos macroproyectos genera debate social y ambiental. Organizaciones y colectivos ciudadanos han expresado la necesidad de realizar evaluaciones medioambientales completas y promover la transparencia, la participación pública y la compatibilidad con la conservación del entorno.

Retos sociales, ambientales y regulatorios en el despliegue del hidrógeno

La implantación de infraestructuras de almacenamiento y distribución de hidrógeno presenta retos que van más allá de lo técnico. Las dudas ciudadanas respecto a la ubicación de las instalaciones, su impacto económico y los potenciales riesgos de manejo son frecuentes en las jornadas informativas promovidas por empresas y administraciones. Además, el debate sobre la planificación estratégica, la evaluación de impactos y el uso eficiente de fondos públicos está presente en el discurso de las organizaciones medioambientales.

Aunque el hidrógeno verde tiene un papel clave en la descarbonización de sectores difíciles de electrificar, su aceptación social y viabilidad ambiental requerirán enfoques participativos, estudios rigurosos y marcos normativos claros, especialmente en proyectos que impliquen grandes territorios y presupuestos elevados.

La convergencia de innovaciones tecnológicas, inversiones en infraestructura y el diálogo público posicionan a España y Europa para consolidar el almacenamiento de hidrógeno como una pieza fundamental en una transición energética sostenible y equilibrada.