El robot funcionario: luces y sombras en la automatización de la administración pública

Última actualización: julio 23, 2025
  • Fracaso del experimento del robot funcionario en Gumi, Corea del Sur, debido a limitaciones técnicas y alto coste.
  • Implementación de robots y automatización en otras ciudades, como Medellín y el distrito de Thu Duc en Vietnam, para simplificar tareas administrativas.
  • Críticas sobre la productividad y rentabilidad de los robots en la gestión pública, planteando dudas sobre la estabilidad del empleo estatal y los desafíos de la IA.

robot funcionario en administración pública

La llegada de los denominados ‘robots funcionario’ a la administración pública ha generado tanto expectativas de modernización como recelo por parte de trabajadores y ciudadanos. En varios rincones del mundo, desde Corea del Sur hasta Latinoamérica y el sudeste asiático, la apuesta por delegar tareas administrativas en sistemas robotizados ha dejado una estela de debates sobre eficiencia, costes y el futuro del empleo público.

El caso más sonado recientemente tuvo lugar en Corea del Sur, donde un robot funcionario instalado en el Ayuntamiento de Gumi acabó su corta trayectoria de forma insólita: cayó destrozado por unas escaleras, con sus piezas esparcidas, tras desviarse bruscamente de su ruta habitual. Este incidente ha servido como metáfora de los límites técnicos que todavía afronta la inteligencia artificial aplicada a sectores administrativos más complejos.

Un experimento fallido en Gumi

El robot, presentado en su día como símbolo del avance tecnológico local y de la apuesta por la inteligencia artificial en la administración municipal, se encargaba fundamentalmente de repartir documentos y orientar visitantes en las dependencias municipales. Su jornada abarcaba de 9:00 a 18:00 horas, pero su rol nunca llegó a superar el de asistente básico, lejos de las funciones más especializadas para las que se proyectan estos sistemas. A pesar de ello, el mantenimiento del robot suponía un gasto notablemente elevado cada mes, lo que pronto empezó a generar críticas por parte de la opinión pública y de expertos en gestión de recursos.

El capítulo final resultó especialmente llamativo: durante su trayecto habitual, el robot perdió el control y se precipitó por unas escaleras de dos metros de altura, acabando completamente fuera de servicio. Las causas exactas no han sido aclaradas más allá de los comentarios de los funcionarios presentes, quienes apuntaron a un «desvío repentino«.> El hecho ha puesto en duda la seguridad y fiabilidad de estos dispositivos en entornos públicos.

Tras el siniestro, el Ayuntamiento de Gumi optó por no reemplazar el robot y suspender cualquier nuevo intento de automatización similar a corto plazo. Para muchos, este desenlace evidencia que aún existen importantes desafíos técnicos y económicos para que la inteligencia artificial ocupe puestos de responsabilidad en la administración pública.

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Automatización en la administración: avances y retos

A pesar del traspiés en Corea del Sur, la tendencia a incorporar tecnología robótica y automatización en la gestión pública sigue presente en otras latitudes. Por ejemplo, en Medellín (Colombia) el uso de robots ‘funcionarios’ en procesos internos ha supuesto un ahorro significativo de tiempo y recursos humanos: 48 empleados han podido dedicarse a tareas más analíticas y estratégicas tras ser liberados de labores repetitivas, gracias a la automatización de hasta 18 procedimientos distintos.

El caso más destacado ha sido la automatización en la Subsecretaría de Ingresos, donde los robots han generado más de 11.000 actos administrativos en tiempo récord. La reducción de hasta el 80% de los tiempos de ejecución ha sido aplaudida por la administración local, que considera que la combinación de tecnología y supervisión humana abre nuevas posibilidades para modernizar el sector público.

En otros contextos, como en el distrito de Thu Duc (Vietnam), se ha apostado por modelos híbridos, donde los robots colaboran en la atención al ciudadano y la orientación en centros de servicios públicos. Las autoridades valoran positivamente la extensión del uso de robots en tareas rutinarias, siempre bajo supervisión y con una relación estrecha con personal humano especializado.

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¿Amenaza para el empleo público?

No todo es aceptación entre el funcionariado tradicional y los sindicatos. En lugares como San Miguel de Tucumán (Argentina), la discusión sobre la adopción de tecnologías y «robots funcionario» en tareas administrativas ha generado un intenso debate laboral. Mientras las autoridades locales defienden la digitalización y automatización como vía imprescindible para modernizar la gestión y reducir costes, sectores sindicales advierten de los riesgos que puede suponer para la estabilidad laboral y la calidad de los servicios.

Las experiencias internacionales reflejan un panorama variado: la automatización permite optimizar recursos, reducir plantillas y mejorar la eficiencia, pero también plantea cuestiones éticas, de seguridad, rentabilidad y del modelo de administración pública deseado. Por ahora, la implantación masiva de robots como «funcionarios» parece lejana, tanto por barreras técnicas como por resistencias sociolaborales.

Estos episodios dejan claro que, aunque la inteligencia artificial y la robótica ya son una realidad en muchas áreas de la gestión pública, el camino hacia una administración completamente automatizada requiere superar numerosos desafíos y decisiones clave, donde la supervisión y el criterio humano siguen siendo imprescindibles.