El robot humanoide volador iRonCub marca un antes y un después en la robótica con jetpack

Última actualización: julio 23, 2025
  • iRonCub3 es el primer robot humanoide capaz de elevarse impulsado por motores a reacción.
  • El Instituto Italiano de Tecnología lideró el desarrollo con foco en la estabilidad y el control avanzado.
  • Su diseño soporta maniobras de vuelo controladas y entornos adversos, aunando locomoción terrestre y aérea.
  • La tecnología integra sistemas de inteligencia artificial y materiales resistentes para garantizar seguridad y rendimiento.

Robot humanoide volador con jetpack

La robótica humanoide ha dado un salto monumental con el desarrollo de iRonCub3, el primer robot bípedo en el mundo capaz de volar gracias a un jetpack integrado. Este avance, obra del Instituto Italiano de Tecnología, ha hecho posible que un androide se eleve y mantenga la estabilidad en el aire, abriendo un nuevo panorama en la movilidad robótica y en la capacidad de operar en ambientes complejos.

Este hito tecnológico representa un nuevo paradigma ya que combina locomoción terrestre y aérea en una misma plataforma, un esfuerzo que podría sentar las bases para futuras aplicaciones tanto en rescate como en trabajos en zonas de difícil acceso, donde la autonomía y versatilidad son clave.

El desafío de lograr un vuelo humanoide estable

El diseño y perfeccionamiento del vuelo de iRonCub3 ha supuesto retos inéditos para los ingenieros y especialistas en robótica. Lo primordial fue conseguir la estabilidad de una estructura con extremidades articuladas y masa desigual, a diferencia de los drones convencionales o dispositivos compactos. El movimiento del centro de gravedad obligó a repensar los sistemas de control y a idear modelos que adaptasen el empuje a las posiciones y gestos del propio robot durante el vuelo.

Para ello, el equipo llevó a cabo pruebas en túneles de viento y simulaciones con dinámica computacional de fluidos, además de crear algoritmos inteligentes capaces de prever y corregir en tiempo real cualquier desequilibrio debido a aerodinámica variable o turbulencias inesperadas.

Este enfoque ha resultado fundamental para que el robot no sólo pueda elevarse, sino que también se mantenga estable a medio metro del suelo, resista ráfagas de aire y realice movimientos no lineales sin perder la compostura. El avance también permite maniobras como encender los motores de forma secuencial o modificar la postura durante el vuelo sin perder el control.

Robot humanoide con propulsión a chorro

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Especificaciones y capacidades técnicas del iRonCub3

Este robot de 70 kilogramos incorpora cuatro propulsores a chorro, repartidos entre los brazos y una mochila que actúa como soporte principal. La estructura integra una columna vertebral realizada en titanio y está recubierta por materiales que resisten temperaturas extremas, permitiéndole operar sin problemas en entornos reales.

Con una fuerza de empuje superior a los 1000 Newtons, iRonCub3 puede mantenerse en vuelo estacionario y ejecutar desplazamientos controlados incluso en espacios reducidos o ambientes impredecibles. El robot dispone también de sensores avanzados que monitorizan en tiempo real tanto la posición como las fuerzas recibidas, y utiliza inteligencia artificial para coordinar el despegue, los cambios de postura y el aterrizaje, minimizando riesgos y mejorando la eficiencia energética.

Los ingenieros han prestado especial atención a la robustez y precisión del sistema de control, ya que la dinámica de cuerpos múltiples hace que cada movimiento tenga impacto directo sobre el vuelo. La conjunción de algoritmos de aprendizaje y simulaciones detalladas ha permitido pulir esta interacción para obtener la respuesta más natural posible, tanto en tierra como en el aire.

Todos estos avances sitúan a iRonCub3 como referente en la robótica multimodal, allanando el camino hacia androides capaces de realizar tareas críticas allí donde el acceso es complicado o los riesgos para humanos son elevados.

El desarrollo de robots humanoides para operativos en entornos peligrosos demuestra el potencial de la ingeniería colaborativa y el uso de IA en la robótica, resaltando la importancia de continuar perfeccionando estos sistemas para aplicaciones prácticas. Es probable que, en los próximos años, se produzcan nuevas adaptaciones y mejoras que multipliquen sus posibilidades en operación real – tanto en misiones de emergencia como en entornos laborales extremos – convirtiendo a los robots humanoides con jetpack en una herramienta cada vez más presente.