- Lilly acuerda comprar Adverum por hasta 261,7 millones de dólares, centrada en el candidato Ixo-vec.
- Estructura con pago inicial de 3,56 $ por acción y hitos de hasta 8,91 $ condicionados a aprobación y ventas.
- Ixo-vec, terapia génica en fase avanzada para DMAE húmeda, busca reducir la necesidad de inyecciones frecuentes.
- Impacto potencial en Europa y España sujeto a evaluación de la EMA y decisiones de acceso y reembolso.

La farmacéutica estadounidense Eli Lilly ha pactado la compra de Adverum Biotechnologies, especializada en terapias génicas, con el objetivo de reforzar su presencia en oftalmología. El movimiento pone el foco en Ixo-vec, un tratamiento experimental para la degeneración macular asociada a la edad (DMAE) en su forma neovascular, y valora la operación en un máximo de 261,7 millones de dólares si se cumplen todos los hitos.
El acuerdo llega en un momento delicado para Adverum, cuya caja afrontaba límites inminentes, y amplía la estrategia de Lilly en medicina genética tras otras incursiones recientes. Según los términos comunicados, los accionistas de Adverum recibirán 3,56 dólares por acción en efectivo y podrán optar a pagos adicionales vinculados a objetivos clínicos y comerciales.
Detalles de la operación y estructura de pagos

La contraprestación fija asciende a aproximadamente 74,7 millones de dólares por el paquete accionario (3,56 $ por acción). Además, se incluye un componente contingente: hasta 8,91 dólares por acción como derechos de valor (hitos) sujetos a que Ixo-vec obtenga aprobación regulatoria en EE. UU. dentro de los próximos siete años y a que el producto supere los 1.000 millones de dólares en ventas anuales globales en un periodo de diez años tras el cierre.
De cumplirse las condiciones, la remuneración total podría alcanzar los 12,47 dólares por acción. En la sesión previa al anuncio, el título de Adverum cerró en 4,18 dólares y, tras conocerse la transacción, llegó a repuntar en torno al 3% durante la mañana hasta 4,29 dólares, reflejando el interés del mercado por el potencial de Ixo-vec.
La compañía espera cerrar la adquisición en el cuarto trimestre, sujeta a aprobaciones regulatorias habituales y otras condiciones de cierre. Para Lilly, el desembolso encaja en una asignación más amplia de capital hacia terapias de alto impacto que, de materializarse, podrían cambiar el estándar de atención en patologías con gran carga asistencial.
Es importante subrayar que la parte variable del precio depende de hitos claramente definidos: autorización de comercialización en EE. UU. en un horizonte de siete años y cifras de ventas destacadas durante la década posterior al cierre. Este diseño por tramos reduce el riesgo inicial para el comprador y, a la vez, premia el éxito clínico y comercial del activo.
Implicaciones clínicas y competitivas en oftalmología

Ixo-vec se investiga como inyección ocular única para la DMAE húmeda, una enfermedad que puede causar pérdida severa de visión en personas mayores. Si los datos confirman su eficacia y seguridad, una administración única podría aliviar la carga de visitas periódicas al hospital que hoy conllevan tratamientos como Lucentis (Roche) y Eylea (Regeneron), basados en inyecciones intravítreas frecuentes.
El tamaño de la necesidad médica es notable: en EE. UU. se estima un mercado con alrededor de 1,5 millones de pacientes. En Europa, con una población cada vez más envejecida, la prevalencia también es elevada, lo que abre una posible vía de impacto sanitario si la evidencia clínica y las autoridades regulatorias avalan la terapia génica para esta indicación.
La competición en terapias génicas para la DMAE húmeda se intensifica. Además de Adverum, 4D Molecular Therapeutics y Regenxbio (en colaboración con AbbVie) desarrollan candidatos con mecanismos similares, lo que anticipa un entorno en el que el diferencial vendrá marcado por el perfil beneficio-riesgo, la durabilidad y la viabilidad de acceso.
De acuerdo con análisis de TD Cowen, incluso con una penetración moderada, Ixo-vec podría ascender a ventas globales cercanas a 1.300 millones de dólares en 2033. Estas previsiones no son garantías, pero ilustran el interés que genera un enfoque terapéutico capaz de reducir la frecuencia de tratamientos en una patología crónica.
Para Europa y España, el recorrido de un producto de estas características implicaría la evaluación como medicamento de terapias avanzadas (ATMP) por parte de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA). Eventuales decisiones de precio y reembolso en los sistemas nacionales —incluido el SNS en España— determinarán su disponibilidad y el impacto real en la práctica clínica, especialmente en la red de hospitales con alto volumen de pacientes oftalmológicos.
Más allá de la oftalmología, Lilly viene reforzando su cartera en medicina genética. A comienzos de año, la compañía acordó la adquisición de Verve Therapeutics —operación de hasta 1.300 millones de dólares—, apuntalando una estrategia que busca terapias potencialmente transformadoras en áreas como las enfermedades cardiovasculares.
En términos operativos, la integración de Adverum proporcionaría a Lilly capacidades y propiedad intelectual específicas en vectores y administración intraocular. La clave será convertir esos activos en resultados clínicos robustos, mantener un perfil de seguridad competitivo y, si llega a comercializarse, articular un modelo de acceso que permita captar el valor sanitario sin comprometer la sostenibilidad del sistema.
La compra de Adverum coloca a Lilly en el centro de la carrera por una terapia génica para la DMAE húmeda con potencial de cambiar la rutina de miles de pacientes. Con pagos condicionados al rendimiento, un candidato en fase avanzada (Ixo-vec) y un mercado maduro dominado por fármacos de inyección recurrente, la operación combina ambición científica con prudencia financiera, a la espera de las pruebas definitivas y de las decisiones regulatorias en EE. UU. y Europa.
