- La calidad del aire interior es crucial para la salud y el bienestar.
- La limpieza de filtros en sistemas de climatización y el uso de materiales certificados ayudan a reducir contaminantes y mejorar el ambiente.
- Las innovaciones tecnológicas y las certificaciones como IAC Gold promueven espacios más seguros y eficientes.
- Pequeños gestos, como incorporar plantas purificadoras y ventilar correctamente, generan un gran impacto en la calidad del aire que respiramos.

¿Por qué es tan importante la calidad del aire interior?
Respirar aire limpio en interiores no solo es esencial para evitar alergias o irritaciones, sino que contribuye a reducir la incidencia de enfermedades respiratorias y mejora la concentración, el sueño y la productividad. Los contaminantes ambientales procedentes de la actividad diaria, materiales de construcción o equipos de climatización pueden acumularse rápidamente en ambientes cerrados si no se adoptan medidas preventivas.
Elementos como el polvo, el moho, los ácaros o el polen pueden actuar como “bombas bacteriológicas” si no se mantienen los sistemas en buen estado. Además, el uso de productos de limpieza agresivos o una ventilación inadecuada exacerban el problema, afectando aún más a personas vulnerables.
Estrategias para mantener un aire interior saludable
Entre las recomendaciones prácticas para preservar la calidad del aire destacan las siguientes acciones:
- Limpiar y mantener los filtros de los sistemas de aire acondicionado y calefacción con regularidad. Un filtro sucio puede distribuir partículas nocivas y forzar el sistema, incrementando el consumo eléctrico y reducir la vida útil del equipo.
- Ventilar correctamente las estancias, especialmente después de la limpieza, la cocina o el uso de productos químicos. Es preferible ventilar en las primeras horas del día o al atardecer para evitar la entrada de contaminación exterior en momentos críticos.
- Utilizar plantas purificadoras como el poto, que ha demostrado filtrar hasta un 70% de ciertos compuestos dañinos y es fácil de mantener, según estudios respaldados por la NASA.
- Eliminar la humedad y prevenir el moho, usando deshumidificadores o asegurando una buena circulación del aire.
Para los sistemas de climatización, los expertos recomiendan apagar y desconectar el equipo antes de limpiar, retirar los filtros, eliminar el polvo con aspiradora o cepillo suave, lavarlos con agua tibia y jabón neutro, y dejar secar completamente antes de volver a instalar. Esta rutina puede repetirse cada 2 a 4 semanas en viviendas con uso intensivo o presencia de mascotas, y cada 2 a 3 meses en otros casos.
Innovaciones y certificaciones en materiales de construcción
El sector de la edificación está avanzando hacia materiales más seguros y saludables. Un ejemplo significativo es la obtención de la certificación Indoor Air Comfort Gold (IAC Gold) por parte de productos como los XPS de Ursa. Este sello, reconocido internacionalmente, garantiza que los materiales presentan emisiones mínimas de compuestos orgánicos volátiles (COV) y cumplen los estándares más rigurosos de salud y sostenibilidad.
Esta certificación se concede tras superar auditorías de producción y ensayos en laboratorio, avalando la idoneidad del material para proyectos donde el confort, la calidad del aire y la eficiencia energética son prioritarios. Así, el sector refuerza su compromiso con espacios sostenibles y libres de contaminantes.
Buenas prácticas en el uso de la climatización para reducir riesgos
Los fabricantes y expertos insisten en que la tecnología también puede ser una aliada cuando se emplea de forma adecuada. Equipos avanzados, sensores de calidad del aire y controles de temperatura automáticos ayudan a mantener ambientes sanos y minimizar el consumo energético.
Se recomienda mantener la temperatura entre 24 y 26 °C y aprovechar modos “Eco” o sensores de presencia para evitar climatizar zonas vacías. Además, un correcto aislamiento del hogar ayuda a conservar mejor la temperatura, reducir la necesidad de climatización y disminuir las emisiones contaminantes.
El uso responsable de la climatización, la revisión periódica y la integración de nuevas tecnologías como la aerotermia o los recuperadores de calor contribuyen a mejorar la calidad del aire interior y la eficiencia energética de los edificios.
Las administraciones públicas también están impulsando medidas para mejorar la calidad del aire interior y la eficiencia energética. Ejemplos como la renovación de sistemas de calefacción y climatización en edificios institucionales, sustituyendo tecnologías antiguas por sistemas de aerotermia y ventilación con recuperación térmica, marcan el camino hacia ambientes más seguros y confortables.
Estas iniciativas no solo disminuyen el consumo de energía y las emisiones, sino que también garantizan mayor control sobre los parámetros ambientales y aseguran el cumplimiento de las normativas vigentes en materia de confort y salud laboral.
Es importante destacar que pequeños gestos, como la limpieza regular de filtros, la elección de materiales certificados y la integración de vegetación natural, generan un impacto positivo en la calidad del aire que respiramos cada día. La combinación de innovación tecnológica y compromiso individual y colectivo resulta fundamental para mantener espacios interiores seguros, saludables y sostenibles.
