La expansión del alga asiática en las costas españolas: impacto, gestión y retos

Última actualización: julio 31, 2025
  • Rugulopteryx okamurae, el alga invasora asiática, ha colonizado buena parte de la costa sur española desde 2015, causando graves problemas ambientales y económicos.
  • El alga amenaza la biodiversidad marina, la pesca y el turismo, y su erradicación resulta casi imposible debido a su rápida reproducción y ausencia de depredadores naturales.
  • La Junta de Andalucía ha aprobado un Plan de Gestión pionero para controlar la invasión y facilitar el aprovechamiento de la biomasa retirada.
  • Investigaciones y proyectos piloto buscan transformar el problema en oportunidad, explorando usos como fertilizantes agrícolas y materiales biodegradables.

alga asiática en la costa española

Las costas españolas, especialmente en Andalucía, afrontan desde hace casi una década la llegada y colonización de una especie de alga asiática altamente invasora. Originaria del Pacífico, la Rugulopteryx okamurae ha dejado de ser un fenómeno aislado para transformarse en un problema medioambiental y socioeconómico de primera magnitud. Los efectos de esta especie se dejan notar ya no solo en la biodiversidad marina, sino también en sectores como la pesca, el turismo y la economía local de municipios litorales.

En los últimos años, las administraciones locales y autonómicas han intensificado la retirada de toneladas de estas algas de las playas, especialmente en la emblemática playa de La Caleta, en Cádiz, donde solo durante los meses de verano se han retirado más de 1.200 toneladas. El ritmo de acumulación es tal que, en jornadas puntuales, se han llegado a recoger hasta 78 toneladas en un solo día, generando un auténtico quebradero de cabeza a los responsables municipales y un gasto económico considerable.

Expansión y colonización del Mediterráneo y Atlántico

proliferación del alga asiática en playas

La primera detección de Rugulopteryx okamurae en España se remonta a 2015, en la zona del Estrecho de Gibraltar. Desde entonces, su avance ha sido imparable. En la actualidad, se ha localizado en el litoral andaluz, Canarias, zonas del Cantábrico e incluso hasta las Azores. Las rutas de llegada se atribuyen, principalmente, al trasiego de barcos mercantes y, en menor medida, a la importación de especies acuáticas como las ostras, extendiéndose rápidamente gracias a su capacidad de reproducirse tanto sexual como asexualmente y de adherirse con firmeza a rocas y superficies submarinas.

Expertos en biología marina como el profesor Juan José Vergara de la Universidad de Cádiz advierten que la magnitud de la invasión actual hace inviable su erradicación, ya que lo que aflora en las playas representa apenas una pequeña parte de la biomasa sumergida. El alga ha transformado por completo los fondos rocosos en enclaves históricos y turísticos, desplazando a las especies autóctonas y alterando el equilibrio ecológico de la zona.

Impactos ambientales, económicos y sociales

impacto ecológico del alga asiática

El arrastre masivo de estas algas afecta de forma directa a la biodiversidad local, la pesca y la actividad turística. Turistas, pescadores y bañistas se ven condicionados por la presencia continua de la especie en la arena y en las aguas próximas a la costa, que además desprende un olor muy intenso y poco agradable. Desde el punto de vista pesquero, el alga enmaraña redes y sedales, dificulta el trabajo y daña los aparejos, disminuyendo la rentabilidad y seguridad de las capturas.

El coste de la gestión es igualmente significativo. Ayuntamientos como los de Cádiz, Marbella o Tarifa dedican cada año grandes sumas presupuestarias a la retirada diaria de toneladas de biomasa. Por ejemplo, Marbella ha superado las 10.000 toneladas acumuladas desde 2019, con un coste de más de un millón de euros. Paralelamente, las administraciones reclaman la implicación del Gobierno central y de la UE para sufragar estos gastos y coordinar actuaciones en todo el litoral afectado.

La alteración del ecosistema marino es uno de los efectos más preocupantes. La densidad de la alfombra de algas en los fondos rocosos repercute en la desaparición de especies autóctonas, como algas fotófilas y comunitarias, así como en hábitats de peces y crustáceos, lo que impacta directamente sobre la pesca y el equilibrio ecológico de la región.

Respuesta institucional y Plan de Gestión en Andalucía

gestión de biomasa de alga asiática

Ante la magnitud del problema, la Junta de Andalucía ha desarrollado y aprobado un Plan de Gestión específico para esta especie, pionero en España. El documento plantea varias líneas de trabajo que van desde la vigilancia y monitorización de la presencia y avances del alga, a la protección de especies y hábitats locales amenazados, pasando por medidas de comunicación, educación ambiental y formación de los actores implicados.

El plan, además, abre la puerta al aprovechamiento de los residuos de alga recogidos—hasta ahora considerados desecho sin valor—, siempre bajo estrictos protocolos sanitarios y medioambientales, para evitar su dispersión accidental. Se exploran posibilidades como el compostaje, la elaboración de fertilizantes, el uso como material para bioplásticos o su transformación en productos de valor añadido para sectores como el agrícola, la construcción o la cosmética. Cada proyecto requiere una autorización específica y sujeta al marco legal vigente sobre especies exóticas invasoras.

Los responsables autonómicos insisten en la necesidad de colaboración entre todas las administraciones y el sector privado, así como el respaldo de la comunidad científica, para avanzar hacia una solución sostenible. El objetivo es convertir la biomasa de alga en una oportunidad para la innovación biotecnológica, generando empleo e innovación a partir de un problema de grandes dimensiones.

Investigación, aprovechamiento y retos para el futuro

proyectos de reutilización del alga asiática

Distintas instituciones, como el Instituto Andaluz de Biotecnología, universidades y centros públicos, han puesto en marcha proyectos piloto para utilizar la biomasa invasora como fertilizante agrícola, con resultados prometedores especialmente en cultivos como el aguacate. Además, hay antecedentes en la fabricación de prototipos para plantillas de calzado biodegradable y estudios sobre posibles usos en bioconstrucción y producción energética mediante biomasa.

Legislación actual, tanto a nivel nacional como europeo, limita severamente los usos comerciales de especies catalogadas como invasoras, salvo que se destinen expresamente a proyectos de erradicación o que aporten beneficios para la salud y el medio ambiente. Por ello, cada iniciativa requiere supervisión y permiso administrativo.

El sector pesquero ha sido uno de los más afectados. Las almadrabas tradicionales y los pescadores de la zona ven cómo sus capturas disminuyen y el coste de reparación del material aumenta año tras año. Además, la presencia de algas afecta la estética y el atractivo turístico en enclaves como el entorno del Castillo de San Sebastián, donde el aspecto y olor de las algas comprometen la actividad turística y la conservación del patrimonio.

Situación actual y perspectivas

costas afectadas por el alga asiática

En localidades como Cádiz, Marbella o Tarifa, la recogida de algas se ha convertido en una tarea casi cotidiana, con equipos municipales trabajando durante todo el año para minimizar el impacto sobre vecinos y turistas. La experiencia de otras especies invasoras sugiere que, tras una fase de expansión rápida, podrían estabilizarse algunos aspectos, aunque la recuperación completa de los ecosistemas afectados no está garantizada. La capacidad de resistencia de los hábitats naturales será clave en la evolución del fenómeno.

La conciencia ciudadana, la presión de los sectores implicados y el esfuerzo coordinado de todas las administraciones son esenciales para gestionar un problema que ha cambiado la imagen del litoral español. Con el Plan de Gestión y las investigaciones en marcha, Andalucía se posiciona como referente nacional en el abordaje de invasiones biológicas marinas, aunque todavía queda mucho por hacer.

La llegada de la Rugulopteryx okamurae ha supuesto un reto de gestión sin precedentes para las costas españolas, promoviendo una reflexión sobre los mecanismos de prevención, control y aprovechamiento en entornos marinos complejos. El futuro dependerá de fortalecer la colaboración institucional, desarrollar nuevas formas de valorización de la biomasa y apostar por la innovación para convertir una amenaza en una oportunidad para la economía sostenible del litoral.

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