- Investigadores gallegos lideran estrategias pioneras para superar la resistencia a tratamientos en cáncer.
- Nuevas terapias apuntan a proteínas específicas y utilizan nanovesículas o péptidos para atacar células tumorales.
- La transferencia de resultados a la práctica clínica sigue enfrentando obstáculos como la financiación y la colaboración multisectorial.
- Colaboración internacional y apoyo institucional son clave para acelerar la traslación de estos descubrimientos.
La lucha contra el cáncer se alimenta de la constante transferencia de hallazgos científicos desde los laboratorios hasta la cabecera del paciente. En Galicia, equipos de investigación trabajan sin descanso para transformar los avances biomédicos en nuevos tratamientos, especialmente en aquellos casos donde la resistencia a la terapia complica la cura y compromete la supervivencia.
Las estadísticas globales reflejan la magnitud del desafío: según estimaciones, el número de personas diagnosticadas de cáncer sigue aumentando, lo que hace más urgente que nunca encontrar vías efectivas para trasladar las innovaciones del laboratorio a la clínica. La transferencia de hallazgos en cáncer se ha convertido así en un reto tan científico como logístico y organizativo.
Resistencia terapéutica: el gran obstáculo
Durante las últimas décadas, la investigación genética y genómica ha cambiado radicalmente el panorama del cáncer. La identificación de mutaciones específicas ha permitido desarrollar terapias dirigidas que, en ciertos casos, han logrado transformar enfermedades antes mortales en condiciones crónicas. Sin embargo, una de las principales dificultades sigue siendo que no todos los pacientes responden de igual manera a estos tratamientos, y una parte considerable acaba desarrollando resistencia, lo que limita la eficacia y reduce las opciones terapéuticas disponibles.
Frente a este problema, investigadores como María Mayán y su equipo del Centro de Investigación en Nanomateriales y Biomedicina de la Universidad de Vigo han apostado por buscar soluciones innovadoras. Tras años de trabajo, identificaron una proteína clave para restaurar la sensibilidad de las células tumorales resistentes a fármacos inhibidores, especialmente en tumores con mutación BRAF, presentes en melanoma, mama, pulmón y otros tipos de cáncer.
El reto era encontrar un modo eficaz de introducir esta proteína en las células cancerosas. Para ello, el grupo ideó una estrategia basada en nanovesículas que actúan como auténticos «caballos de Troya»: transportan el material genético y la proteína de interés directamente al interior de la célula tumoral, frenando su capacidad de reparación y haciéndola de nuevo vulnerable a las terapias dirigidas.
Validación y nuevas estrategias terapéuticas
Otros centros gallegos trabajan en líneas similares. En la Universidade da Coruña, la investigadora Elena Pazos Chantrero coordina un proyecto destinado a validar una familia de péptidos capaces de eliminar células tumorales resistentes a la quimioterapia en cáncer de ovario. Estos péptidos muestran una alta selectividad por las células malignas sin dañar las sanas, lo que abre la puerta a terapias menos tóxicas y más eficaces.
Actualmente, la investigación con péptidos se encuentra en fases tempranas y busca confirmar los resultados prometedores observados en laboratorio dentro de modelos biológicos más complejos. El proceso contempla además la protección intelectual de los hallazgos, requisito indispensable para que el conocimiento generado pueda ser transferido y aprovechado en desarrollos clínicos futuros.
Los propios equipos insisten en la necesidad de comunicar estos avances con rigor, evitando crear falsas expectativas mientras se avanza hacia ensayos preclínicos y clínicos. El objetivo es doble: demostrar la eficacia y seguridad de las nuevas terapias y, al mismo tiempo, sentar las bases para su posible comercialización y aplicación real en pacientes.
De la investigación básica a la cama del paciente: barreras y oportunidades
Uno de los mayores desafíos reside en la traslación efectiva de estos hallazgos a la clínica. El camino desde la identificación de una diana molecular hasta su uso en el hospital es largo y tortuoso, condicionado por la necesidad de financiación, la regulación y, a menudo, la falta de redes potentes de transferencia tecnológica entre laboratorios, administración y sector empresarial.
El esfuerzo colaborativo entre centros de investigación, hospitales y empresas biotecnológicas es fundamental para acelerar el proceso. Proyectos coordinados que involucran decenas de centros y profesionales demuestran que la ciencia no es, ni mucho menos, un trabajo solitario: compartir datos, experiencias y puntos de vista permite avanzar por caminos inexplorados y dar respuesta a retos inesperados.
A pesar de los éxitos, la falta de estructuras de apoyo a la transferencia sigue siendo una asignatura pendiente en muchos centros españoles. El ejemplo de regiones como Barcelona pone de manifiesto la importancia de los polos de innovación y el respaldo institucional, que pueden marcar la diferencia a la hora de atraer inversión, facilitar trámites regulatorios y acercar los tratamientos a quienes más los necesitan.
Impacto y proyección internacional desde Galicia
Llevar adelante proyectos de este calibre desde Galicia supone todo un reto y, a la vez, un motivo de orgullo para la comunidad investigadora. Trabajar en condiciones a menudo menos favorables que en otros países exige un esfuerzo añadido, pero coloca a los equipos gallegos en la vanguardia de la biomedicina y contribuye a formar profesionales altamente cualificados que se integran en redes científicas internacionales.
La transferencia de hallazgos en cáncer no solo genera conocimiento, sino que también tiene un claro impacto económico y social si se cuenta con estructuras de apoyo adecuadas. La visibilización de estos logros ayuda a atraer talento, financiación y a posicionar a Galicia y a España en el mapa global de la investigación biomédica.
El futuro de la transferencia de hallazgos en cáncer pasa por mantener y fortalecer la colaboración entre investigadores, clínicos y empresas, agilizar los procesos administrativos y crear marcos de apoyo estables. El paso de los descubrimientos de laboratorio a terapias que salvan vidas sigue siendo largo, pero cada avance supone una nueva esperanza para millones de pacientes en todo el mundo.